Crónicas de Browne (XXIX): El New York Herald de James Gordon Bennet Jr. encarga a Henry Stanley la famosísima búsqueda del “doctor Livingstone, supongo”

“Dr. Livingstone, I presume?”. La mítica frase ha dado lugar a canciones, películas, libros… Aquí vemos una recreación del encuentro de Stanley con Livingstone (es sorprendente que después de tanta búsqueda no se hubiera fotografiado para inmortalizar tal momento)

Fraser Bond (1979: 189) cuenta que el 6 de mayo de 1835, James Gordon Bennett inició «la publicación de su interesante Herald, de Nueva York, con 500 dólares, dos sillas y un cajón de madera». Bennett fue el inventor del reportaje in situ y de la entrevista, para formar historias más vívidas. A diferencia del Sun de Day que sólo interesaba a las clases menos ilustradas, Bennet buscó a la alta sociedad para tener más margen de venta, lo que incluía noticias de la ópera y de Wall Street. Tampoco quería limitarse a las calles neoyorquinas, por lo que tuvo corresponsal en Washington y a partir de 1838 en las grandes capitales europeas. Este diario daba cobertura de noticias nacionales e internacionales, combinadas con historias de interés público y reportajes sensacionalistas sobre crímenes y desastres. En abril de 1836 dejó boquiabiertos a los lectores al presentar en su portada el asesinato de la prostituta Helen Jewett, e hizo un seguimiento del caso con todos los detalles violentos. En 1949 el New York Herald alcanzó los 33.000 ejemplares diarios[1], y en 1861 llegó hasta los 84.000, por lo que se autoproclamó como “El diario de mayor circulación del mundo”.

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